Michel Domit: el CEO que es amigo de la muerte en Break in news -

Michel Domit: el CEO que es amigo de la muerte en Break in news -

La muerte es mi más fiel amiga”, me confesóMichel Domit. Sentí miedo al escucharlo.

¿De qué hablaba el presidente y director general deGrupo Domit, clavándome su mirada azul, profunda, misteriosa?

Date un “break” y entérate.

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Michel está acostumbrado a que piensen que estáloco.

Quiso ser cineasta, pero a los 20 años se vio obligado a trabajar duro para rescatar de la bancarrota a la empresa que su padre inició en 1927.

Por años soñó tener en todo el mundo marquesinas con su nombre, que es el de su marca de ropa,zapatos y accesorios, y disfrutó poco abrir nuevas tiendas, preocupado por las que le seguirían.

En la crisis económica nacional de 1994 (que también fue personal para él) contrajo una deuda millonaria para comprar una montaña de cuarzo y grafito de clima excepcional en Valle de Bravo, Estado de México, con la premisa de seguir lo que su padre fallecido le dictaba a través de sus meditaciones.

Dieciséis años después tiene ahí El Santuario, un fraccionamiento de primer nivel con hotel de 64 suites, el spa más lujoso de Latinoamérica, clubes de golf, marina, náutico e hípico, un centro de convenciones, un temascal y planes de replicar su modelo en otros sitios.

Pero atrás quedaron los días de ambición desmedida. A sus 56 años, la conciencia de la muerte lo equilibra.

“¿Le temes a la muerte?”, le pregunté mientras hablábamos de sus viajes a Líbano, la tierra de sus padres, sin prever una respuesta como la que iba a recibir.

¡Al contrario!”, me dijo.

¿La deseas?”, le reviré asustado.

“Uno de los grandes maestros de mi vida me enseñó a platicar con la muerte, a cada mañana darle la bienvenida, a reconocer que está aquí, encima de mi hombro, y a decirle ‘por favor hazme consciente de que me voy a morir, de que cada día me queda un día menos de vida, para que disfrute mis días, para que los viva más intensamente’.

“Yo no veo a la muerte como un enemigo, la veo como mi más fiel amiga, ¡y no quiere decir que me quiera morir pronto! ¡me encanta la vida! Pero en la medida en que me dé cuenta de que la muerte viene, tengo que gozar más la vida. Si de verdad vivimos como si fuera el último día de nuestra vida… bueno… ¡wow…! ¿cómo sería nuestra vida? Yo pienso que de eso se trata: de tratar de vivir cada día como si fuera el último de tu vida.

¿No le temes ni a la muerte de tus seres queridos?”, le pregunté al hermano de quien fuera esposa deCarlos Slim Helú, Soumaya Domit Gemayel, fallecida en 1999.

“En una ocasión le decía yo a un lama del Tíbet: ‘no pensé que se fuera a morir mi hermano ni mi hermana tan rápido...’ ‘ ¡Pero qué poca imaginación!’, me dijo, ‘¡si sabes perfectamente que todos nos vamos a morir! Pero hay un mecanismo inconsciente que te impide pensar que tu gente querida se va a morir, el apego de no querer dejarlos ir.

“La verdad de las cosas es que yo siento que si fuera al revés, si tú dijeras ‘éste es el último beso tal vez que le doy a uno de mis hijos‘, tal vez vivirías más intensamente el momento con ellos.

“Yo pienso que no hay que apegarnos, creo que hay que entender que algunos nos iremos antes, otros se irán después, que tal vez alguien querido se vaya antes que nosotros y que tal vez no nos lo vamos a esperar.

Por eso los últimos años ha combinado su labor empresarial con la difusión discreta, en seminarios, cursos y libros, de una metodología creada por él mismo que busca ayudar a los demás a definir su misión en la vida,anteponiendo el “ser” al “tener”.

“He recibido tantas bendiciones de tantos maestros, tantas enseñanzas, que no me puedo quedar con ellas, tengo que difundirlas, tengo que transmitirlas.

“Quizá esta entrevista la lean algunos mañana, quizá otros la vean dentro de muchos años y, sin embargo, estamos conectados con ellos hoy, el tiempo no va a pasar para ellos.

Michel, ¿qué le dices a quien nos está leyendo y que, a diferencia de ti, sí tiene miedo a la muerte?

“Yo quisiera pedirte a ti lector, lectora, independientemente de dónde vivas, de cuánto dinero tengas, de a qué nivel social pertenezcas y en qué momento nos estés leyendo, que en este momento detengas el curso de tu vida y que te preguntes ¿qué quieres que diga tu tumba al morir? ‘Aquí vivió fulano de tal, quien hizo… ¿qué?’ Porque, hoy en día, estás a tiempo.

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