En El Santuario hay otras dimensiones
Para realizar el proyecto (que incluye clubes hípico y náutico, campo de golf, casa club, hotel y un conjunto de residencias, se contrató "al mejor arquitecto de México", quien recomendó sustituir la carretera que pasaba junto al lago por otra, para lo cual era necesario cortar la montaña.
Durante las obras, apareció en la cima una roca de cuarzo puro (sobre la que se edificó el centro de meditación) . El arquitecto insistía en volarla con dinamita y como Michel se opuso, dejó el proyecto. A partir de eso, Domit fue el encargado.
"Cuando se descubrió la roca, los fines de semana llegaban autobuses repletos de científicos y estudiantes interesados en analizarla. Tiene una energía impresionante. Según me dijeron los especialistas, había emergido del mar hacía más de 100 millones de años. Por eso digo que El Santuario es un sitio multidimensional, es un centro muy poderoso de energía, de los que existen muy pocos en la tierra.
La montaña que habla
Michel Domit hace otra revelación que nos quita el aliento: A través de la meditación, logró también "comunicarse" con la montaña. "Le pregunté cómo quería que reparáramos el daño que le habíamos hecho y me respondió: `Toma un plano de curvas de nivel de cómo yo era antes del corte y guíate por él para crearme una nueva techumbre en el área donde fui cortada". Entonces hicimos la casa club y el hotel. La montaña me ilustró sobre cómo debía hacerlo todo, con medidas y cálculos".
Michel asegura que quienes ahora visitan El Santuario tienen una experiencia única: entran en otras dimensiones de la conciencia y tienen experiencias "únicas e impresionantes de sueños y de encuentros".
El hermoso conjunto arquitectónico se levanta en la orilla opuesta del lago de Valle de Bravo, a donde se apiña el caserío del pueblo; tiene un clima más cálido, sin humedad, y con un índice menor de precipitación pluvial que la otra orilla del lago.
Apartado del mundanal ruido, con una gran seguridad y libertad de acción, El Santuario albergó en octubre del año pasado a los mandatarios del Encuentro de Jefes de Gobierno de AL y Europa.
A su inauguración, a cargo de Tania Libertad, el 13 de diciembre de 2002, asistieron 12 monjes tibetanos y unos 800 invitados.
Tal y como lo ordenó el padre de Michel, las construcciones ocupan sólo 15 por ciento del terreno. El 85 por ciento restante son áreas verdes
Vida personal
Michel Domit nació en el DF en 1953 y desde entonces vivió en la casa que su padre tardó cinco años en levantar ("hasta que quedó a su gusto") en la esquina de Emilio Castelar y Calderón de la Barca, en Polanco.
"Aunque luego de mi carrera de comunicador estudié una maestría en la UCLA, tuve que entrar al rescate del negocio de la familia y ya me quedé trabajando en el calzado".
La empresa había sido fundada por su padre, don Antonio Domit Dip, quien nació en el pueblo de Bchale, en Líbano. "Llegó a México a los 20 años, y sólo hablaba árabe. Pero fabricó los mejores zapatos del mundo". La madre de Michel, Lily Gemayel Gemayel, vivía en Beirut y "era considerada la mujer más guapa de Líbano a sus 20 años, cuando se casó con mi papá".
Michel es el cuarto de cinco hermanos. La mayor, Soumaya (qepd), esposa de Carlos Slim.
Actualmente separado de Rosy Sánchez, madre de sus cinco hijos, Michel nos pide proporcionar el teléfono: 5211 0303 para informes sobre un curso para entrenar la imaginación.
Michel Domit: el CEO que es amigo de la muerte en Break in news -
“La muerte es mi más fiel amiga”, me confesóMichel Domit. Sentí miedo al escucharlo.
¿De qué hablaba el presidente y director general deGrupo Domit, clavándome su mirada azul, profunda, misteriosa?
Date un “break” y entérate.
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Michel está acostumbrado a que piensen que estáloco.
Quiso ser cineasta, pero a los 20 años se vio obligado a trabajar duro para rescatar de la bancarrota a la empresa que su padre inició en 1927.
Por años soñó tener en todo el mundo marquesinas con su nombre, que es el de su marca de ropa,zapatos y accesorios, y disfrutó poco abrir nuevas tiendas, preocupado por las que le seguirían.
En la crisis económica nacional de 1994 (que también fue personal para él) contrajo una deuda millonaria para comprar una montaña de cuarzo y grafito de clima excepcional en Valle de Bravo, Estado de México, con la premisa de seguir lo que su padre fallecido le dictaba a través de sus meditaciones.
Dieciséis años después tiene ahí El Santuario, un fraccionamiento de primer nivel con hotel de 64 suites, el spa más lujoso de Latinoamérica, clubes de golf, marina, náutico e hípico, un centro de convenciones, un temascal y planes de replicar su modelo en otros sitios.
Pero atrás quedaron los días de ambición desmedida. A sus 56 años, la conciencia de la muerte lo equilibra.
“¿Le temes a la muerte?”, le pregunté mientras hablábamos de sus viajes a Líbano, la tierra de sus padres, sin prever una respuesta como la que iba a recibir.
“¡Al contrario!”, me dijo.
“¿La deseas?”, le reviré asustado.
“Uno de los grandes maestros de mi vida me enseñó a platicar con la muerte, a cada mañana darle la bienvenida, a reconocer que está aquí, encima de mi hombro, y a decirle ‘por favor hazme consciente de que me voy a morir, de que cada día me queda un día menos de vida, para que disfrute mis días, para que los viva más intensamente’.
“Yo no veo a la muerte como un enemigo, la veo como mi más fiel amiga, ¡y no quiere decir que me quiera morir pronto! ¡me encanta la vida! Pero en la medida en que me dé cuenta de que la muerte viene, tengo que gozar más la vida. Si de verdad vivimos como si fuera el último día de nuestra vida… bueno… ¡wow…! ¿cómo sería nuestra vida? Yo pienso que de eso se trata: de tratar de vivir cada día como si fuera el último de tu vida.
“¿No le temes ni a la muerte de tus seres queridos?”, le pregunté al hermano de quien fuera esposa deCarlos Slim Helú, Soumaya Domit Gemayel, fallecida en 1999.
“En una ocasión le decía yo a un lama del Tíbet: ‘no pensé que se fuera a morir mi hermano ni mi hermana tan rápido...’ ‘ ¡Pero qué poca imaginación!’, me dijo, ‘¡si sabes perfectamente que todos nos vamos a morir! Pero hay un mecanismo inconsciente que te impide pensar que tu gente querida se va a morir, el apego de no querer dejarlos ir.
“La verdad de las cosas es que yo siento que si fuera al revés, si tú dijeras ‘éste es el último beso tal vez que le doy a uno de mis hijos‘, tal vez vivirías más intensamente el momento con ellos.
“Yo pienso que no hay que apegarnos, creo que hay que entender que algunos nos iremos antes, otros se irán después, que tal vez alguien querido se vaya antes que nosotros y que tal vez no nos lo vamos a esperar.
Por eso los últimos años ha combinado su labor empresarial con la difusión discreta, en seminarios, cursos y libros, de una metodología creada por él mismo que busca ayudar a los demás a definir su misión en la vida,anteponiendo el “ser” al “tener”.
“He recibido tantas bendiciones de tantos maestros, tantas enseñanzas, que no me puedo quedar con ellas, tengo que difundirlas, tengo que transmitirlas.
“Quizá esta entrevista la lean algunos mañana, quizá otros la vean dentro de muchos años y, sin embargo, estamos conectados con ellos hoy, el tiempo no va a pasar para ellos.
Michel, ¿qué le dices a quien nos está leyendo y que, a diferencia de ti, sí tiene miedo a la muerte?
“Yo quisiera pedirte a ti lector, lectora, independientemente de dónde vivas, de cuánto dinero tengas, de a qué nivel social pertenezcas y en qué momento nos estés leyendo, que en este momento detengas el curso de tu vida y que te preguntes ¿qué quieres que diga tu tumba al morir? ‘Aquí vivió fulano de tal, quien hizo… ¿qué?’ Porque, hoy en día, estás a tiempo.